Subí una montaña al
amanacer,
y al bajar me dejaste al
atardecer.
Me esperan muchas
montañas que subir sin ti,
son muy diferentes sin tenerte
aquí.
En la gran ciudad ya no
me esperas entre tanta gente,
ya no estas para que
corra a verte.
Era tan feliz cuando
estabas aquí.
Mi cuerpo gélido necesita
de ti.
Asciendo con mi piolet los
Alpes sin ti,
solo tu collar está aquí.
Entre las nieves blancas
pienso en tu cara
no la tengo para poderla
besar.
El frío me atenaza en
esta maldita montaña
y tu cuerpo no está para
dejar de temblar.
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