El adiós.




Con unos pasos me acerqué hasta él.
Era nuestra última tarde.

El tiempo se había roto para siempre en mi interior.

Me mirabas con los ojos cerrados,
a través de un frío cristal.

Ya nunca más me abrazaras,
nunca más me llamarás cariño.

Yo: tu niña. La que tú más querías.
Como puede ser que te vallas así.

Qué injusta es la vida !

Tantas veces jugamos juntos.
Tantas veces reímos juntos.

Una voz atrás me dice que ya te llevan.
Es nuestro último minuto.

Ahora solo me queda llorar.
Llorar con tu silencio.

Adiós.

No hay comentarios: