El aroma


Siempre que viajamos en tren hay algún atisbo de soledad en la ventana que casi es como una meditación.

Horas después de marchar,
durante el viaje en tren,
y en uno de esos ensimismamientos por la ventana tu "aroma" me invadió de tal manera que me sobresalté.

Invariablemente quedan recuerdos:

la tez de tu hombro moreno,

la perspectiva de tu perfil en el crepúsculo,

el contacto de mi mano en tu cintura,

el roce de tu cabello al susurrarme al oído,

el eco de tu risa...

Pero el mejor recuerdo siempre es el del aroma.
A la vez el más mágico porque no puedes esforzarte en recordarlo,
tiene que ser él que te llegue y te asalte.

Debe ser como tú dices:
Cuando nos llega el recuerdo del olor de alguien es porque en ese instante se crea con una chispa mágica un hilo que nos une en el pensamiento durante un lapso.

Cada vez que me asalte tu olor pensaré en el hilo mágico,
y guardaré ese instante sólo para mí.


No hay comentarios: