La gata sobre el tejado de zinc.

Es finales de verano.
Hace calor.
Medianoche.
Soy un Paul Newman,
borracho y tobillo roto.
Un deportista de la vida fracasado,
ya solo héroe unas pocas horas,
no años enteros como en el pasado.
Tú.
No hay duda.
Todos lo ven.
La gata sobre el tejado de zinc.
Tan bella. Tan buena.
Pero te quema el suelo,
intentas huir.
Todo te arde y,
tu mirada felina quiere escapar.
Salta mi gata.
Luchas por seguir estoica en tu altar.
Pero salta.
O te quemarás.


No hay comentarios: